Una orquesta sinfónica es uno de los conjuntos musicales más bonitos y complejos que existen. Aunque cada una tiene sus particularidades, lo cierto es que existen ciertos grupos de instrumentos que suelen estar presentes en todas ellas para conseguir esa espectacularidad y sonido detallado al que estamos acostumbrados.
Cada instrumento goza de su propio timbre y función específica, lo que da como resultado que, dependiendo de los que compongan la orquesta, el sonido es muy distinto, pudiendo disfrutar de texturas sonoras diferentes. Por ello, y tras haber explorado en otro artículo qué es realmente una orquesta sinfónica, en este abordaremos cuáles son los grupos de instrumentos que las conforman.
La importancia de las Cuerdas
Comenzamos con una de las partes más fundamentales de una orquesta: los instrumentos de cuerda. En este grupo podemos distinguir estos:
Violines: Normalmente, este suele ser uno de los instrumentos más numerosos en una orquesta sinfónica. Se dividen en primeros y segundos violines y suelen tocar líneas melódicas y armónicas.
Violas: Aunque muy parecidas a los violines, su sonido y tamaño son ligeramente distintos. Proporcionan una profundidad armónica a la orquesta.
Contrabajo: Estos son los más grandes y profundos de esta familia de instrumentos. Son fundamentales para marcar el pulso y la estructura de la música.
Violonchelos: Finalizamos con el sonido más cálido de esta familia y su capacidad de interpretar tanto líneas melódicas como partes del propio bajo.
Los Vientos, una familia imprescindible
Continuamos con la siguiente familia, que tiene como particularidad que en este caso, se divide en dos grupos diferenciados. Estos están formados por tubos sonoros de distinta forma y materia. El sonido aparece cuando el músico sopla, haciendo pasar y vibrar la columna de aire.
Viento-metal
Comenzamos con los viento metal, que incluyen instrumentos como la trompeta, el trombón y la tuba, entre otros. Estos son los más habituales en la composición de una orquesta sinfónica, y es que su sonido es clave para recrear ciertas obras emblemáticas del mundo de la música clásica.
La trompeta, reconocida por todas las personas más allá de este género, proporciona gran facilidad para llegar a las notas altas; además de tener algunas partes solistas muy destacadas. Por otro lado, el trombón tiene más versatilidad, al poder tocar tanto registros bajos como altos. Finalmente, la tuba proporciona la parte más profunda, añadiendo un toque más dramático, muy necesario para ciertas piezas musicales.
Viento-madera
Aunque en su origen los instrumentos de este grupo se construían en madera, hoy en día el nombre se aplica más a al principio de funcionamiento que al propio material de fabricación. Estos instrumentos de viento son capaces de crear una gran variedad de sonidos gracias a las diferencias entre ellos. Podemos encontrar muchas variantes, pero las más comunes en una orquesta sinfónica son:
El Oboe: Su timbre se caracteriza por una sonoridad muy penetrante, dulce y expresiva. El oboe moderno representa en la orquesta al conjunto de la familia y las obras para oboe proceden especialmente del repertorio barroco y clásico, además del siglo XIX.
La Flauta travesera: Junto al violín, es el instrumento más ágil de la orquesta. Además, es uno de los grandes instrumentos melódicos y principales solistas, con un gran repertorio que recorre multitud de periodos históricos.
El Clarinete: Este instrumento es muy versátil, ya que posee una gran capacidad de emitir diferentes matices, haciéndole realmente único dentro de esta familia de instrumentos.
El Fagot: Este instrumento, desarrollado a principios del siglo XVIII y alcanzando su forma actual en el XIX, debe su existencia a la necesidad musical de de ampliar la región grave del sonido del viento madera.
El Flautín: Por último, es importante también mencionar al miembro más agudo de la familia de las maderas. También llamado pícolo, físicamente es como una flauta travesera pero con un menor tamaño. Su timbre es parecido, aunque una octava más alto.
La Percusión y su toque de energía
Terminamos con la familia más llamativa, y es que su entrada en escena es siempre la que más impacta. Dentro de una orquesta sinfónica podemos hablar de diferentes instrumentos, pero nos vamos a centrar en los más comunes.
Empezamos hablando de los timbales, tambores de afinación variable que se tocan con baquetas. Suelen utilizarse tanto para marcar el ritmo como para crear tensión en la música, y es que su sonido puede ser o rítmico o melódico.
Continuamos con los tambores, que incluyen instrumentos como la caja, los tambores militares o el bombo. Son clave para dar acentuación a ciertos momentos que se quieren remarcar en una pieza concreta.
Por último, encontramos los platillos, instrumentos metálicos que chocan entre ellos para producir un sonido estridente; y algunos instrumentos de percusión menor, entre los que se encuentran: las maracas, el xilófono, el triangulo o la pandereta.
