Bambera

Bambera

 

La bambera surge dentro del universo flamenco del aflamencamiento de las coplas y cantos de columpio presentes en el folclore andaluz y que son cantados al ritmo de bamboleo de un columpio, conocidos como mecedores o bambas. La tradición del canto del columpio tiene su origen, en opinión de algunos autores, en el rito femenino de adoración a la luna, en el que los hombres empujan el columpio a fin de acercar a la mujer a la luna, Las tonadas sobre las que se construye el género parte seguramente del repertorio de trilleras, nanas, caleseras, temporeras y otros géneros camperos que se realizan en Andalucía. La verdadera artífice de la bambera flamenca no es otra que la enciclopédica cantaora Pastora Pavón, «La Niña de los Peines», que puso en música este género en la primera mitad del siglo XX, ajustándose al compás de una soleá aligerada. La bambera flamenca se suele interpretar sobre la tonada que en su día impuso la Niña de los Peines y que se encuentra en íntima relación con una soleá de Triana. La copla de la bambera suele ser de cuatro versos octosilábicos o bien el primero y el tercero heptasilábicos y el segundo y el cuarto pentasílabos. La versión flamenca repite generalmente los dos primeros  versos al final de la copla, o bien construye una quintilla repitiendo el segundo verso.

La bambera, bamba o cantes del columpio, es la adaptación a lo flamenco de una melodía del folclore andaluz que se canta en determinadas celebraciones en las que era costumbre instalar columpios para que los mozos mecieran a las mozas (o las tatas a los niños) mientras entonaban dichas coplas.

Las melodías sobre las que se construye el estilo parten seguramente del repertorio de trilleras, nanas, caleseras, temporeras y otros estilos camperos que se realizan en Andalucía. Debemos, tras las investigaciones llevadas a cabo por Andrés Raya, su inclusión en el repertorio flamenco a Pepe Pinto rotuladas como fandango de Aznalcázar en 1935, y Pepe Marchena en la película Martingala de 1940. Siendo su esposa la intérprete de referencia de la bambera, la enciclopédica cantaora Pastora Pavón Niña de los Peines, que la grabó, acompañada al son de fandangos por Melchor de Marchena en 1949.

> La bambera la cantó a lo flamenco primero Pepe Pinto, en 1935

En todas estas grabaciones escuchamos el compás original de fandango, hasta que la bambera grabada por Juan Peña el Lebrijano en 1966, con el acompañamiento de Niño Ricardo, se hace en el aire de las bulerías por soleá. Así la grabó poco después Narajito de Triana con la guitarra de Paco de Lucía.

Escuchemos pues las diferentes versiones mencionadas. Primero la más antigua, la registrada por Pepe Pinto como fandango de Aznalcázar, , tal y como indica su copla de cinco versos, repitiendo uno de ellos tiene la estructura de seis versos propia de esos cantes. 

Esta cante también fue apuntado por Pepe Marchena en la película Martingala de 1940, al son de milonga pero con la melodía que reconocemos como de bambera.

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Siendo la Niña de los Peines la intérprete de referencia de la bambera, la enciclopédica cantaora la grabó acompañada en son de fandangos por Melchor de Marchena en 1949.

Como hemos apuntado, a partir de una bambera cantada por Juan Peña El Lebrijano, la guitarra de Niño Ricardo sustituye el aire original de fandangos para adoptar el de bulerías por soleá, que es hoy el más habitual.

Y así la grabó también Naranjito de Triana con el acompañamiento de Paco de Lucía, 

El compás

Desde la referida aportación de Niño Ricardo se impondrá al acompañamineto ternario primigenio el aire de la bulería por soleá,siendo el original en el aire de los fandangos de Huelva, propio de los primeros fandangos naturales o personales.La tonalidad 

La bambera está en el modo flamenco, sin embargo en el final de cada tercio cantaor y guitarra realizan cadencias al modo menor. No hay que olvidar que el modo flamenco y el menor tienen muchos elementos en común y que depende de las cadencias para encontrarnos ante un pasaje en menor o bien en el modo flamenco. No obstante, existen además bamberas, algunas en tonalidad mayor –por ejemplo, todo lo que canta Camarón en ‘La leyenda del tiempo’ son bamberas. Generalmente se acompañan en la tonalidad de Mi flamenco (por arriba).

Las letras 

La copla de la bambera, al tratarse en origen de un fandango, suele ser de cuatro versos octosílabos que, repitiendo dos, completa la forma estrófica de propia del fandango, hasta lograr los seis versos melódicos de los que consta.

Entre sabanas de Holanda
y colchas de carmesí
(y colchas de carmesí)
esta mi niño durmiendo
que parece un serafín
(entre sabanas de Holanda)

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